San Andrés Tuxtla, Ver.- El paisaje verde y arbolado del corredor de diferentes especies de aves migratorias y zona de avistamiento de las mismas, ha cambiado drásticamente en los últimos meses en la costa veracruzana, debido a la operación de una decena de minas que devastaron los cerros de piedra basálticas y otros materiales, que son explotados día y noche en los municipios de Actopan y Alto Lucero.
Ríos de agua usada en las minas, y de arroyos o nacimientos naturales dañados, corren hasta alcanzar la carretera federal 180 Costera del Golfo y contribuyen al deterioro crónico de la misma, dejando peligrosos socavones, por el tráfico constante de unidades de carga pesada.
Una de las minas, la más grande a orilla de carretera en Actopan, cerca de la laguna de La Mancha, muestra un sello de clausura, sin embargo, en ella se observa aún movimiento, entrada y salida de vehículos de carga.
Pobladores que por años alertaron del daño ambiental de la explotación minera en la región, lamentan ahora la ausencia de varias especies de aves migratorias, que tradicionalmente llegaban a la zona, y que atrae al turismo que gusta del avistamiento de la fauna en los alrededores de la laguna de La Mancha.