Catemaco, Ver.-
Ceguera, infecciones, problemas respiratorios y resistencia a antibióticos, han enfrentado la mayoría de los loros que son resguardados en la Unidad de Manejo Ambiental de Nanciyaga, en Catemaco, Veracruz; aves que forman parte del aseguramiento de más de 800 ejemplares de especies exóticas, realizado el 15 de mayo pasado por la Profepa, en Iztapalapa, Ciudad de México.
La sobrevivencia de los polluelos es del 75 por ciento, cifra alta, considerando que con los depredadores y traficantes, acaso el 30 por ciento logra hacerlo.Patricia Escalante, investigadora del Instituto de Biología de la UNAM y directora de la UMA Nanciyaga, Catemaco explicó que el apoyo de 150 médicos y voluntarios fue fundamental para la sobrevivencia de las aves.
Se sabe que en tráfico por las malas condiciones que tienen, mueren el 70 por ciento, de hecho, en otros resguardos también son los mismos datos, porque las aves vienen hacinadas, vienen deshidratadas, desnutridas, con hipotermia y sufren infecciones por lo mismo que no son atendidas adecuadamente. Nosotros tuvimos un grupo de voluntarios y médicos veterinarios especialistas en aves que nos ayudaron a sacarlos adelante, porque son especies en peligro de extinción”
Las aves crean además resistencia a los antibióticos pues los traficantes se los suministran erróneamente y para engañar a los compradores, les pintan las plumas o se las decoloran, para hacerlos pasar por otra especie, causándoles ceguera.
Ricardo Baxin, biólogo de la UMA Nanciyaga, explica que han tenido que hacer estudios para ver a qué antibióticos no tienen resistencia cuando enferman.
Creemos también que probablemente los traficantes pusieron algunos antibióticos lo que hizo que se crearan resistencias, entonces es más difícil de tratarlos ya cuando se tiene esa resistencia a algunos fármacos, principalmente de algunas cepas bacterianas en específico. Se hicieron también estudios de sensibilidad a algunos antibióticos y sí salieron varios con resistencia a algunos medicamentos”.
Los 85 loros cachete amarillo, cabeza azul, cabeza amarilla, frente roja y cabeza lila, son los sobrevivientes de los 115 polluelos que la Profepa les entregó para rehabilitar y reintegrarlas a su hábitat natural. Alimentarlos es costoso pues en eso gastan más de 20 mil pesos semanales.
Los loros están creciendo rápidamente y los preparan para liberarlos.
Se están alimentando, ya forrajean, están comenzando a socializar unos con otros, se están ya también creando grupos, más que nada digamos que dominantes, todo este proceso es bastante importante porque cuando estén en vida libre esos ejemplares que son los dominantes, van a ser los que van a dirigir la parvada y la mayoría de los demás los van a seguir. Este proceso es bastante lento, ahorita están todavía en jaula pero pronto van a pasar a aviario, donde vamos a comenzar a hacer entrenamiento antidepredador y ya una vez que creamos esa aberración hacia los humanos ya se puede continuar con el siguiente paso, que sería la liberación. También estando en aviario vamos a enseñarles que identifiquen algunas especies de árboles de los cuales se van a alimentar”.
Las liberaciones buscarán que sea en los estados de donde son originarios, precisó Patricia Escalante.
Pero los aseguramientos y esfuerzos para la rehabilitación y protección no sirven de nada, si la gente no deja de comprarlos y no haga conciencia que se están acabando estas aves, considera el joven becario de servicio social César Eduardo, pasante de Biología de la UNAM.
Antes de fin de año las primeras parvadas pudieran ser liberadas de la UMA de Nanciyaga, donde desde hace una década rescatan a las guacamayas rojas, que después de casi desaparecer en la reserva de la biosfera de Los Tuxtla, hoy más de 200 vuelan libremente en el lugar, muchas de ellas nacidas ya en la zona.