Esta última semana se vio un impúdico despliegue de las “corcholatas” de López haciendo campaña ilegal para el 2024. Las y los aspirantes de la oposición también, de manera más discreta, hicieron presentaciones ante foros especializados o entrevistas en distintos medios de comunicación.
Ante la gran cantidad de participantes en este juego preelectoral, podríamos pensar que todos creen que van a recibir un país en desarrollo, con estabilidad económica y Estado de derecho, pero no será así, la herencia nociva que dejará la actual administración en todos los temas de agenda nacional es mucha. En esta ocasión sólo me referiré a la parte económica.
AMLO hizo una de sus clásicas afirmaciones sin sustento real y dijo: “Nuestro pronóstico para este año es que podemos llegar a 4 % de crecimiento anual” Mientras todas las estimaciones nacionales e internacionales ubican nuestro crecimiento económico en 1.5 % y 2 %. Conforta saber que no rechazo el PIB como hace 3 años, que dijo que no importaba, declarando que “en vez de pensar en lo material hay qué pensar en lo espiritual”.
En el mundo feliz de López, se omiten varios factores que inciden en el desempeño económico. En favor del raquítico crecimiento no reconoce que:
1. Gracias al apoyo del gobierno estadounidense a la población vulnerable en la pandemia, al seguro de desempleo y el aumento de salarios en EUA, el incremento de las remesas que nuestros paisanos envían a sus familias ha crecido como nunca pero no es mérito de nuestro gobierno que esto suceda. Además, hay evidencias del uso del envío de remesas para el lavado de dinero, un estudio del Think Tank Signos Vitales, mostró que el 8% del flujo de remesas que llega a México, estaría relacionado con el lavado de dinero ligado al narcotráfico y hay menciones a la intervención del Banco del Bienestar en esta operación.
2. La existencia del T-MEC, una red de acuerdos de libre comercio, marcos regulatorios adecuados y ser miembros de la OCDE, establecidos antes de que llegara el Presente al gobierno.
3. El crecimiento de la economía mexicana del 3.1 % en 2022 y del 4.7 % en 2021, ha sido el rebote que todos los países experimentaron postpandemia. No obstante, apenas se están recuperando los niveles prepandemia tras la caída del 8.0 % en 2020.
4. El desempeño de la industria maquiladora ha sido excepcional debido al incremento de la demanda mundial en el proceso de recuperación de la pandemia y también a la preferencia de producir en países cercanos a EUA en vez de los asiáticos, envueltos en las dudas que generan las tensiones comerciales entre China y EUA.
5. La guerra en Europa del Este impulsó el incremento y demanda de hidrocarburos, afectando positivamente las exportaciones y las finanzas de PEMEX.
Si en el mundo feliz del Presidente no se reconocen los factores para la recuperación económica que nada tienen que ver con el gobierno, menos se mencionan los graves riesgos en que se encuentra la economía del país. Revisemos algunos:
- Débil recaudación tributaria. México logró recaudar sólo el 13.3 % del PIB en 2022, porcentaje bajo en comparación al promedio de la OCDE del 34.1 % o de países como Brasil o Argentina que superan el 30 %.
- Mantener la base de subsidios sociales de la actual administración, representa una gran presión a las finanzas y no inciden en el desarrollo integral de las personas.
- Ampliación de la desigualdad social. En los últimos reportes del INEGI, se observa que la clase media pasó de 53.3 millones de personas en 2018 a 47.2 millones en 2020, en consecuencia, aumentó la clase baja, que pasó de 69.8 millones de personas en 2018 a 78.5 millones en 2020.
- Insuficiencia de energía renovable. Las inversiones que pueden llegar al país demandan energía de fuentes renovables, en este sexenio su crecimiento ha sido ínfimo. En vez de invertir en nuevas fuentes, se gastó en plantas obsoletas de Iberdrola (que se quedó con las productivas) sin agregar un watt más de energía al país.
- Restaurar la imagen que existe de la falta de un auténtico Estado de derecho. Las constantes violaciones al T-Mec, pero también a las reglas de convivencia democrática, ahuyentan nuevas inversiones.
- Mejorar la infraestructura comercial. Este sexenio malgasto en obras poco útiles para el desarrollo del país y descuido la infraestructura fundamental para el comercio y aseguramiento de cadenas de suministro.
- Endeudamiento y carga fiscal de PEMEX y CFE. Ambas empresas se encuentran en posiciones críticas. PEMEX regresó a números rojos, en el periodo de julio a septiembre de 2022 reportó una pérdida neta de 52.033 millones de pesos y CFE viene incrementando su deuda al cierre del tercer trimestre de 2022, que fue de 467.8 mil millones de pesos, 21.3 % mayor al reportado al 30 de septiembre de 2021.
- Incremento del déficit fiscal, sin fondos ni fideicomisos de contingencia que fueron mal gastados y una enorme presión para sostener el gasto en pensiones.
Ante todos estos temas, los aspirantes a la presidencia deberán tomar posiciones. Si no quieren que la bomba les estalle en las manos, será indispensable que manden señales claras de que están dispuestos a hacer las correcciones necesarias para que los capitales se mantengan en el país y lleguen nuevas inversiones que apuntalen el crecimiento.
Presidente de la Academia Mexicana de Educación