A partir del debate generado por los nuevos libros de la SEP, es indispensable preguntarnos si están pensados para dotar a nuestros niños de las herramientas que les permitan desempeñarse exitosamente en el mundo dentro de 20 años. ¿Qué sociedad enfrentará un niño de 4 años que hoy entra a preescolar y que en 2043 será un joven de 24 años que habrá terminado sus estudios profesionales? Seguramente será un mundo muy diferente al de hoy. Dudo que la SEP se haya hecho esta pregunta.
De una forma muy esquemática, podríamos decir que nuestra generación (50, 60 y 70) fue educada para la estabilidad laboral, ya que era común obtener un empleo por muchos años y jubilarse. En este caso, lo importante era saber cómo INCREMENTAR conocimientos y habilidades a través de la experiencia para ir obteniendo mejores posiciones en el trabajo. A nuestros hijos (80, 90, 2000) se les educó para la COMPETENCIA, sello del mundo actual que se ha globalizado, donde los empleos son para aquellos que demuestran mayores capacidades para solucionar desafíos y, al igual que el capital, los empleos se mueven entre países. En esta época, el desarrollo de competencias, la especialización sofisticada, el dominio de idiomas y el uso de las TICs son fundamentales.
A los niños que están iniciando su educación, les espera un mundo radicalmente diferente. Hoy, estamos dando comienzo al cambio más importante de las estructuras sociales después de la Revolución Industrial. Son diversos factores los que marcan esta época disruptiva, pero dos sobresalen por encima de los demás, me refiero a la irrupción de la Inteligencia Artificial y del cambio climático. A los alumnos ya no se les debe preparar para un mundo competitivo y mucho menos para un mundo de estabilidad laboral, los estudiantes deben prepararse para la INCERTIDUMBRE que en los próximos años reinará en el campo laboral. Muchas profesiones que hoy se consideran indispensables, en el futuro desaparecerán y serán sustituidas por programas inteligentes, asimismo, el cambio climático requerirá soluciones nuevas a circunstancias que hoy no imaginamos. En ese entorno, la movilidad en el trabajo y modificaciones en las formas de convivencia con la naturaleza serán de lo más común. Los niños de hoy requerirán las habilidades que les permitan desempeñarse exitosamente en ambientes llenos de incertidumbre.
Los ciudadanos del futuro necesitaran de nuevas habilidades para vivir ese mundo de incertidumbre. Podríamos dar una larga lista, pero en forma sintética, me atrevo a señalar las siguientes
- El dominio del inglés y la alfabetización digital. En el futuro un conocimiento básico de tecnologías de la información, programación y análisis de datos, así como el buen manejo del inglés no serán opcionales, se convertirán en herramientas fundamentales para aprovechar el potencial de las IA y adaptarse a las demandas de un mercado laboral en constante evolución.
- El desarrollo de una capacidad de adaptación. Los cambios rápidos y constantes que traerán consigo las IA y el cambio climático requerirán de ciudadanos con capacidad de adaptación a nuevos entornos laborales y sociales.
- El desarrollo de una cultura de aprendizaje continuo y autodidactismo. En el futuro, el mejoramiento vertiginoso de la ciencia y la tecnología requerirá que las personas tengan disposición a actualizarse permanentemente. Surgirán innumerables instancias que ofrecerán cursos para dominar nuevas habilidades requeridas en el mercado y otorgarán certificaciones específicas. También existirán muchas plataformas abiertas y gratuitas que la gente podrá utilizar para superarse y para ello deberán desarrollar habilidades de auto aprendizaje.
- Desarrollo de creatividad e innovación. Las personas deberán ser capaces de pensar de manera original para encontrar soluciones sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, y abordar los nuevos problemas ecológicos que van a surgir.
- Colaboración e inteligencia emocional. Valiosas habilidades para el futuro, serán saber trabajar en equipo y resolver conflictos de manera constructiva que permitan enfrentar los nuevos retos. Las personas que superen actitudes individualistas tendrán más posibilidades de adaptación.
- Conciencia ambiental. Con el cambio climático, será necesario comprender el impacto de nuestras acciones en el planeta y tomar decisiones éticas que promuevan la sostenibilidad y el bienestar colectivo.
La escuela del futuro se convertirá en un colaborador del aprendizaje. En los grados básicos se tendrán que desarrollar las capacidades para formar mentes que comprendan textos complejos, los analicen, critiquen y propongan nuevas soluciones; la ética ambiental y el pensamiento abstracto permitirán imaginar nuevas soluciones fundamentales. En esta etapa, la escuela deberá fomentar hábitos de aprendizaje permanente de forma individual con el apoyo de las tecnologías. En los grados superiores, la función de la escuela será la de orientar de dónde se pueden tomar contenidos de autoaprendizaje conforme a los intereses y aptitudes de cada estudiante, ir sugiriendo nuevas rutas de estudio por alumno conforme a sus avances y participar en la evaluación para medir tanto conocimientos como proceso de aprendizaje. El currículo será abierto y tendrá un gran porcentaje de construcción individual.
Presidente de la Academia Mexicana de Educación
Benjamín González Roaro