A la luz de los recientes acontecimientos, podemos afirmar que el país está viviendo un “Golpe de Estado Institucional”, los académicos le llaman (p. ej. el español Juan J Linz) a aquel donde los actores de gobierno utilizan su posición de poder y los mecanismos legales para desmantelar instituciones democráticas. Las características de estos asaltos al Estado son: uso de decretos y leyes, manipulación del sistema electoral, desmantelamiento de instituciones, concentración del poder y justificación legal.
Los ejemplos más recientes son como el caso de Venezuela, donde Hugo Chávez utilizó su Poder Ejecutivo para modificar la Constitución y anular la separación de poderes y Turquía con Tayyip Erdoğan que, mediante la aprobación de reformas constitucionales, obtuvo mayores atribuciones ejecutivas, alterando el equilibrio de poderes en el país.
En México no debería sorprendernos lo que está sucediendo. Esta semana, en una entrevista concedida a Diario de Cuba por el periodista cubano Rubén Cortes, declara cómo el gobierno cubano tutela el desmantelamiento de las democracias en países de América incluido México. Ya no exporta guerrillas, sino que ahora instruye cómo “reventar la democracia desde adentro, aceptando las reglas del juego democrático para ganar las elecciones y luego destruir el Estado de Derecho”.
Debemos ser claros, en México este Golpe inicio el día en que López asumió la presidencia. Ante nuestros ojos, diariamente como un hábil mago ilusionista, AMLO ha venido ejecutando puntualmente este “Golpe de Estado Institucional” y de manera obscena, ha utilizado a las instituciones para erosionar a la democracia y destruir a la República.
Empezó su tarea con consultas ilegales haciéndolas parecer legítimas ante el pueblo, como la realizada para cancelar el naim. De ahí, modificó la Constitución para realizar consultas “legales” como el Juicio a Expresidentes y la Revocación de Mandato, donde se encargó de violar todas las disposiciones reglamentarias lastimando particularmente al ine, mostrando su debilidad al no poder imponer sanciones ante el tamaño de las infracciones.
Acto seguido, se apodero de las fuerzas armadas corrompiendo con negocios a los altos mandos y distrayéndolos en tareas ajenas. Después continuo debilitando todo el aparato gubernamental, desapareciendo áreas fundamentales, incorporando funcionarios sin perfil ni experiencia y capacidad, así logró la Administración Pública Federal más incompetente de la historia, eso sí, totalmente leal y ciega.
Estuvo enviando iniciativas de reformas que evidentemente eran inconstitucionales con el afán de publicitar sus intenciones y desgastar al Congreso y al Poder Judicial.
En el frente electoral, fue lastimando el desarrollo de elecciones confiables. En 2021 probó la capacidad del crimen organizado para inmiscuirse en los procesos, imponiendo, secuestrando, amedrentando y matando candidatos. En las elecciones para renovar gobiernos estatales recurrió al chantaje y compra de gobernadores del PRI para quedarse con sus Estados. El año pasado, en la elección del edomex, demostró cómo podía llevar a una delincuente al gobierno estatal sin que nadie se lo impidiera y ensayó como rebasar todos los topes de gasto sin consecuencias.
López, con acciones como las anteriores, ha concentrado cada vez más poder en sus manos como ningún otro presidente en la historia. Con engaños diarios, mentiras, distracciones y un discurso que lo “legitima” en el que todo lo que hace es “para y por el pueblo”. Al mismo tiempo, ha entregado dinero a programas sociales sin reglas de operación, lo que le ha permitido ser una suerte de Santa Claus al que el pueblo aplaude y aclama.
Así, durante seis años, poco a poco ha venido destruyendo al país en el que, con insuficiencias, habíamos alcanzado un nivel de desarrollo institucional, división de poderes y democracia que nos hacían ver como una Nación seria y confiable ante el mundo.
Este mes está dando las estocadas finales al “Golpe de Estado Institucional” que inicio hace seis años. Para eso se está valiendo de un Congreso Federal donde construyó una mayoría espuria producto de una elección desigual y usando instituciones respetables, pero ahora controladas por él, como el ine y el trife. Los últimos toques para culminar su obra son la destrucción del Poder Judicial para sustituirlo por otro sumiso a los intereses del gobierno, así como la desaparición de los órganos autónomos para controlar aún más las elecciones y a los partidos políticos, ser opacos en la administración sin molestas injerencias y poder cobijar a los monopolios que convengan a sus intereses.
López, orgulloso del estrago ocasionado, entregara la presidencia, pero no el poder, el próximo 1 de octubre. Será un país diferente al que recibió con innumerables conflictos y problemas en puerta, tensiones para renovar al poder judicial, un régimen tiránico en vez de una República, mercado cambiario inestable, conflictos con USA, ingobernabilidad ocasionada por los carteles de la droga, baja de calificaciones crediticias, problemas para manejar la deuda pública, posibles levantamientos sociales, temor a encarcelamientos injustos por fraude fiscal, control de viajes dentro y fuera del país por militares, etc. La consolidación de la 4T pues.
Benjamín Gozález Roaro
Presidente de la Academia Mexicana de Educación